Científicos cultivan minicerebros humanos que desarrollan redes neuronales

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Las primeras señales fueron percibidas después de dos meses de crecimiento de los modelos de tejido neuronal.

Cientos de organoides cerebrales humanos fueron cultivados en un laboratorio de la Universidad de California en San Diego (EE.UU.) durante al menos 10 meses. El objetivo era registrar actividad propia de los cerebros reales en estos modelos ‘in vitro’ y el resultado fue un éxito, según reporta un artículo publicado este jueves.

Pese al reducido tamaño de los cerebros cultivados, “un millón de veces” menor que el del cerebro regular, fue posible detectar ondas en el tejido artificial. Las primeras oscilaciones aparecieron aproximadamente después de dos meses de cultivo, tal y como ya habían previsto los científicos.

Con este fin, el grupo que estuvo a cargo del experimento había desarrollado primero un algoritmo de aprendizaje automático. Este algoritmo procesó datos de actividad cerebral semejante registrados en 39 bebés prematuros y predijo con bastante exactitud ese plazo de dos meses.

Los organoides fueron generados a partir de células madre inducidas a convertirse específicamente en neuronas y células gliales, y surgieron como modelos tridimensionales del cerebro humano, imitando diversas características de desarrollo a nivel celular y molecular.

Los autores descartan que el ‘minicerebro’ desarrolle una actividad de red neuronal compleja y funcional, como sucede durante la formación temprana del cerebro real. La investigadora Alysson Muotri, que formaba parte del equipo, afirmó a la revista Newsweek que el organoide “sigue siendo un modelo muy rudimentario” al que le faltan otras partes y estructuras cerebrales.

“Puede ocurrir que en el futuro obtengamos algo que esté realmente cerca de las señales de los cerebros humanos que controlan los comportamientos, los pensamientos o la memoria”, dijo Muotri. A su juicio, quizás la tecnología todavía “no esté lista o no sepamos cómo controlarla”.

Sin embargo, los científicos esperan algún día poder tratar, por medio del cultivo artificial de tejidos cerebrales, ciertas enfermedades relacionadas con el cerebro, como la esquizofrenia, el autismo o la epilepsia.

La revista recoge también las palabras del fisiólogo Lorenzo Fabrizi, que no colaboró con este estudio pero estima que se trata de “la primera vez que vemos que estos modelos ‘in vitro’ son funcionales a nivel de red”.

En julio otro grupo de científicos declaró que sabe cómo volver a la vida el cerebro de un humano muerto por medio de una máquina de perfusión. El jefe del equipo dijo en declaraciones a los medios que supone que el “peor escenario” en esta clase de experimentos sería que un cerebro parcialmente vivo quedara atrapado en una “pesadilla febril”.

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