Un perro en Colorado, EE. UU., llamado Bubba, que fue violado por sus dueños, fue sacrificado ya que no era seguro darlo en adopción porque la experiencia traumática lo hizo extremadamente agresivo.
Frederick Manzanares, de 51 años, el dueño de Bubba a menudo violaba a su perro en el patio trasero de su casa rodante.
De hecho, había convertido ese espacio en una cámara de sexo para cometer estos actos sexuales, informa The Daily Mail.
La policía incluso encontró imágenes de Manazareas y su ex-novia violando al perro, después de que fueron llamados inicialmente para responder a un incidente de violencia doméstica.
Janette Solano, de 49 años, afirmó que su pareja la obligó a participar de esto. Solano dijo que llamó a las autoridades en marzo de 2017 después de una discusión que tuvieron sobre el tema. La mujer explicó que dejó a Manazareas por este motivo.
También dijo que encontró fotos de zoofilia en la computadora portátil compartida de la pareja y luego enfrentó a su novio al respecto.
Manzanares, sin embargo, le dijo que mantuviera una “mente abierta” y la convenció de que empezara a tener relaciones sexuales con Bubba. El acusado también se filmaba violando al animal.
Solano afirmó que incluso empezó a ponerse “algo celosa” de la “relación” de su novio con su perro, lo que a menudo provocaba discusiones.
La mujer también fue acusada de crueldad hacia los animales, pero no irá a la cárcel después de haber negociado un juicio y una sentencia diferida de dos años.
Tampoco será condenada en el caso siempre y cuando no viole los términos de su liberación.
Manzanares fue condenado a seis meses de prisión en octubre de 2018. También será puesto bajo libertad condicional supervisada durante 2 años.
Bubba fue sacrificado en el Servicio de Animales de Aurora horas después de que Manzanareas fuera encarcelado. El refugio se convirtió en el hogar del perro después de que sus dueños perdieron su custodia como parte de su acuerdo de declaración de culpabilidad.
Cuando los adiestradores se hicieron cargo de la custodia, notaron que se había vuelto demasiado agresivo desde que se lo llevaron de la casa de sus abusadores cuando estos fueron arrestados.
El personal del refugio también dijo que no había manera de que Bubba pudiera ser dado en adopción de forma segura, ya que estaba profundamente traumatizado por todo lo que había vivido.
Jenee Shipman, gerente del Refugio de Animales Aurora, escribió una carta a la Juez Cheryl Rowles-Stokesprior, quien decidió sobre el caso. Dijo que Bubba tenía que ser sacrificado.
Shipman escribió: “El perro ha mostrado un comportamiento impredecible y muestra signos de agresión hacia el personal de servicios veterinarios, voluntarios, trabajadores de servicios comunitarios y miembros del personal con los que el perro no está especialmente familiarizado”.
Mientras decidía el castigo para los abusadores de Bubba, la Juez Rowes-Stokesprior dijo que tuvo en cuenta la condición de Bubba.
Explicó: “Este perro no puede ser adoptado por razones de seguridad y tampoco puede recuperarse. Es mi opinión que este perro no es un candidato seguro para la adopción basado en el historial, el comportamiento y la creciente agresión que se observa diariamente”.
