La Guardia Costera de Japón ha emitido una alerta sobre este lanzamiento, que también identificó inicialmente como un solo proyectil, a las 16.40 hora local (7.40 GMT).
Corea del Norte lanzó este jueves dos proyectiles no identificados hacia aguas del Mar del Japón (Mar del Este en las dos Coreas), informaron fuentes oficiales surcoreanas, en lo que supone el primer ensayo balístico que realiza el régimen de Pionyang desde el pasado 2 de octubre.
La información ha sido difundida por la Junta del Estado Mayor de Corea del Sur, que indicó en un comunicado que continúa analizando los datos disponibles para difundir más información.
El ejército surcoreano ha explicado que el Norte disparó dos proyectiles en dirección este desde la provincia de Pyongan del Sur, en la vertiente occidental del país.
En un primer comunicado, el Estado Mayor Conjunto habló de un solo proyectil.
Por su parte, la Guardia Costera de Japón ha emitido una alerta sobre este lanzamiento, que también identificó inicialmente como un solo proyectil, a las 16.40 hora local (7.40 GMT).
Según ha informado la cadena pública de radiotelevisión nipona NHK, ningún proyectil ha caído dentro de la zona económica exclusiva (EEZ) de Japón.
El último ensayo de armas del régimen se produjo el pasado 2 de octubre, cuando probó un nuevo misil balístico diseñado para ser lanzado desde un submarino (SLBM).
Tras más de un año sin lanzar proyectiles de ningún tipo, Pionyang retomó desde la pasada primavera los ensayos balísticos, en un aparente gesto de protesta por la falta de avances en el diálogo sobre desnuclearización con Estados Unidos y la retirada de sanciones económicas que pesan sobre el régimen.
A principios de octubre, Washington y Pionyang celebraron una reunión de trabajo en Estocolmo para tratar de destrabar las negociaciones, aunque el encuentro concluyó de nuevo sin éxito.
A lo largo del 2019, Pionyang ha disparado a modo de prueba proyectiles de corto alcance, incluyendo una versión autóctona del Iskander ruso o una batería lanzacohetes de grandes dimensiones.
El último ensayo de armas del régimen se produjo el pasado 2 de octubre, cuando probó un nuevo misil balístico diseñado para ser lanzado desde un submarino (SLBM).
Pese a que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se ha mostrado satisfecho con el hecho de que entre lo testado no se encuentran misiles balísticos de alcance intercontinental o dispositivos nucleares (la última prueba atómica norcoreana fue hace más de dos años), las pruebas implican una violación de las sanciones de la ONU.
También subrayan el persistente desarrollo del programa armamentístico norcoreano, certificando que en el proceso de desarme aún está todo por hacer.
Tras más de un año sin lanzar proyectiles de ningún tipo (coincidiendo con el giro diplomático del régimen) Pionyang retomó la pasada primavera los ensayos balísticos, en un aparente gesto de protesta por la falta de avances en el diálogo sobre desnuclearización con Estados Unidos y la retirada de sanciones económicas que pesan sobre el régimen.
Tras la primera cumbre bilateral celebrada en Singapur en junio de 2018 solo se han producido gestos de buena voluntad entre ambas partes.
Los avances de peso siguen sin llegar y el diálogo está estancado desde la fallida cumbre de Hanói del pasado febrero, en la que Washington consideró insuficiente la oferta de Pionyang referente al desmantelamiento de sus activos nucleares y se negó a levantar las sanciones.
Una tercera cumbre improvisada entre Trump y el líder norcoreano Kim Jong-un en junio condujo a reunión de trabajo celebrada en Estocolmo a principios de octubre en la que se trató de romper el bloqueo sin éxito.
Al término de dicho encuentro Pionyang acusó a Washington de no ofertar nada nuevo y de mantener activa la mencionada “política hostil” sobre el régimen e insistió en que la Casa Blanca tiene de plazo hasta “final de año” para modificar su estrategia negociadora.
El jefe del equipo negociador norcoreano, Kim Myong-gil, indicó entonces que depende enteramente de Washington el que Pionyang suspenda o no la moratoria autoimpuesta sobre lanzamientos de misiles de largo alcance y pruebas nucleares.
De este modo, los proyectiles lanzados hoy parecen ser un recordatorio de que el régimen le viene a conceder a Estados Unidos solo nueve semanas más para ofertar algo diferente si quiere mantener vivo el actual proceso de diálogo.
Con información de EFE
KAH