Agresores sexuales acechan de cerca a menores

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Juan Rivas | UnoTV

Los casos de abuso sexual infantil no cesan en México. Y lo peor: la mayoría de las veces el agresor, está en el primer círculo de la víctima, ya sea familiar o social.

Según Juan Martín Pérez, director de la Red por los Derechos de la Infancia en México, REDIM, en “ocho de cada diez casos denunciados, fueron los perpetradores o los agresores, alguien de la familia, la iglesia, el centro deportivo o la comunidad”.

Esto ha convertido a México en el país con más casos de abuso sexual en menores.
Otro de los espacios en donde más casos se registran, es en las escuelas. Un caso emblemático es el del kínder Marcelino de Champagnat. Ahí, 35 niños fueron abusados sexualmente por dos trabajadores del centro educativo.

Y aunque los dos están detenidos, familiares de los menores temen que no haya justicia. En entrevista con Uno TV, Nancy García, vocera del grupo de padres de familia, afirma que “se sigue peleando, se sigue luchando porque ya se termine de dar sentencia, porque de 2 que se agarraron, nada más a uno se le ha dado sentencia”.

En medio de esto, REDIM, considera que el temor de los padres está bien fundamentado pues en México, “de cada 100 carpetas de investigación, donde los niños y niñas son víctimas de violencia sexual, menos del 1% logran algún tipo de sentencia condenatoria”.

Según la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico, OCDE, México ocupa el primer lugar mundial en este delito. Cada año, afirma, se registran 4.5 millones de casos, aunque solo 1 de cada 100 son denunciados.

En entrevista con Uno TV, la jefa del Programa de Sexualidad Humana de la Facultad de Psicología de la UNAM, Ena Niño, llama los padres a estar alertas y “observar cosas como miedo en el niño, observar la incontinencia urinaria que presentan o el rechazo a los adultos que les están ejerciendo este abuso”.

La experta, asegura que por si fuera poco, en algunos estados del país, han detectado un foco rojo. En Chiapas, Yucatán y Oaxaca, los familiares de niñas indígenas muchas veces son quienes las inician en la vida sexual, por consecuencia ellos no lo ven como un delito.

Ni siquiera se considera abuso sexual, porque son los papás los que inician sexualmente a las niñas y se ve bien por uso y costumbre”, afirma la especialista.

Los expertos coincidieron en que la situación se agrava para algunos menores, debido a que para denunciar ante la autoridad, deben ir acompañados de un adulto, y muchas veces en él encuentran su primer obstáculo. Con esto, los casos están condenados a quedar en la impunidad.

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