Merkel afirma en Auschwitz que la memoria de los crímenes nazis es “inseparable” de la identidad alemana.

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La canciller alemana, Angela Merkel, afirmó este viernes durante una visita Auschwitz que la memoria de los crímenes nazis continúa siendo “inseparable” de la identidad alemana. Se trata del primer viaje de la mandataria germana al antiguo campo nazi de concentración, en un momento en que la extrema derecha alemana está desafiando esta cultura de arrepentimiento.

“Recordar los crímenes, nombrar a sus autores y rendir un homenaje digno a las víctimas es una responsabilidad que nunca se detiene, no es negociable y es inseparable de nuestro país. Es parte de nuestra identidad nacional “, dijo Merkel.

La mandataria es el tercera líder alemán en visitar este campo de concentración, el mayor de los puestos en marcha por la Alemania nazi – y donde fueron asesinado más de un millón de prisioneros durante la II Guerra Mundial, en su mayoría judíos- , después de Helmut Schmidt en 1977 y Helmut Kohl en 1989 y 1995.

La canciller Angela Merkel, durante su visita a Auschwitz
La canciller Angela Merkel, durante su visita a Auschwitz (JOHN MACDOUGALL / AFP)

La canciller alemana realiza su visita al campo acompañada por el primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, junto con quien hará una ofrenda a los fallecidos en Auschwitz y mantendrá un minuto de silencio ante el muro donde miles de prisioneros fueron fusilados.

Merkel ha sido invitada a visitar el antiguo campo de concentración por la Fundación Auschwitz-Birkenau, la organización que administra el fondo de conservación de lo que hoy es el museo-memorial de Auschwitz.

Alemania es el mayor donante de esta fundación, que hoy conmemora sus diez años de existencia, y de hecho Angela Merkel ha prometido una nueva dotación de 60 millones de euros.

Una visita “difícil y delicada”

La prensa local destaca que Auschwitz es siempre una visita “difícil y delicada” para un canciller alemán, y agradece la decisión de Merkel de visitar el antiguo campo de concentración en su último periodo al frente del Ejecutivo germano.

La visita se produce en el contexto de la exigencia polaca para que Berlín pague nuevas reparaciones por los daños causados por la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial, una reclamación que llevaba años olvidada y que ahora amenaza con enturbiar las relaciones polaco-germanas.

El recinto del antiguo campo de concentración, que comprende el complejo Auschwitz-Birkenau, abarca unas 200 hectáreas de terrenos con 155 edificaciones y 300 ruinas, incluyendo las de las cámaras de gas y los crematorios.

En 1979 fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco y cada año recibe la visita más de un millón de turistas de todo el mundo.

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