El capítulo ruso de Greenpeace publicó este lunes imágenes aéreas que muestran las tomas diurnas y nocturnas de grandes incendios forestales en la región de Siberia. Los incendios ocurren en medio de una extraña ola de calor que está produciendo la huella más evidente de clima extremo relacionada con el cambio climático, según un estudio difundido el miércoles pasado.
La agencia forestal federal de Rusia informó en su sitio web el lunes que el incendio está siendo abordado por las fuerzas forestales y que en las últimas 24 horas la zona afectada disminuyó en un 24 por ciento. Ahora asciende a 28 mil hectáreas.
Greenpeace dijo a principios de julio que 4,62 millones de hectáreas de bosque se habían quemado en toda Rusia desde principios de año.
El calor sofocante y el clima seco han ayudado a que los incendios forestales se propaguen por muchas regiones del país, llegando al bosque boreal y la tundra que cubren el norte.
Las altas temperaturas sobre el norte de Rusia han provocado incendios forestales masivos, incendiaron turberas normalmente húmedas y descongelaron el permafrost, lo que se suma a la preocupación por el impacto potencial en el clima global de los rápidos cambios en el Ártico.
Los científicos dicen que esperan temperaturas récord en Siberia, las cuales llegaron a 38 grados Celsius el mes pasado. Según los informes, esta tendencia continuará generando incendios forestales y provocará la liberación de más gases de efecto invernadero en el aire.
La semana pasada se dio a conocer un estudio en el que científicos de diversos países encontraron que el efecto invernadero incrementó al menos en 600 veces la posibilidad de un calor prolongado en la región, y quizá decenas de miles de veces. En el estudio, que no ha sido revisado por pares, el equipo examinó las altas temperaturas de enero a junio en Siberia, donde un día alcanzaron los 38 grados Celsius (100° Fahrenheit), un nuevo récord en el Ártico.
Los científicos de Gran Bretaña, Rusia, Francia, Holanda, Alemania y Suiza utilizaron 70 modelos climáticos que efectuaron miles de simulaciones que compararon las condiciones actuales con las de un mundo sin el calentamiento causado por la quema de carbón, petróleo y gas. Encontraron que, sin cambio climático, el tipo de calor prolongado que afecta a Siberia ocurriría una vez en 80.000 años, siendo “imposible sin la influencia humana”, dijo el principal autor del estudio, Andrew Ciavarella, científico de la Oficina Meteorológica de Gran Bretaña.
El estudio —coordinado por el programa World Weather Attribution— se efectuó en dos semanas y no ha sido publicado en ningún medio científico de renombre. Pero los investigadores, especializados en este tipo de investigaciones en tiempo real para buscar huellas del cambio climático en sucesos extremos, suelen difundir después sus trabajos en alguna publicación con revisión paritaria y utilizan métodos que según científicos externos son estándar y están probados. En su anterior trabajo, la WWA encontró que algunos fenómenos meteorológicos extremos no se debieron al cambio climático.
Sin embargo, la ola de calor siberiana de 2020 sobresalió entre las muchas estudiadas, dijo la colíder del equipo de asignación, Friederike Otto, directora interina del Instituto del Cambio Ambiental de la Universidad de Oxford.
“Definitivamente a partir de todo lo que hemos hecho esto es la señal más fuerte que hemos visto”, afirmó Otto.
El equipo examinó las temperaturas promedio en Siberia de los primeros seis meses del año, cuando promediaron 5° C (9° F) arriba de lo normal y se registró la máxima de 38° C (100° F) en junio en la ciudad rusa de Verkhoyansk. Ninguna podría haber sucedido en un mundo sin gases de efecto invernadero derivados de la quema de combustibles fósiles, afirmó Ciavarella.
Los científicos dijeron que el calor se sumó a los problemas de los amplios incendios forestales, brotes de plagas y el derretimiento del permafrost que causó un enorme derrame petrolero en un oleoducto. El derretimiento del permafrost también puede causar la liberación de enormes cantidades de gases de efecto invernadero atrapados bajo el suelo congelado, lo que podría agravar el calentamiento, dijeron los investigadores.
Al menos 10 científicos externos consultados por The Associated Press dijeron que este estudio era científicamente sólido, porque utilizó técnicas establecidas y adecuadas.