Flor de pericón pinta de amarillo los campos en Guerrero

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La cosecha y comercialización de la flor ayuda a la economía de las familias indígenas que habitan la zona de la montaña guerrerense

Cada año, conforme se acerca el fin del ciclo agrícola, en Guerrero se cosecha la flor de pericón.

Esta flor pinta de amarillo los campos de las poblaciones indígenas de Guerrero.

El pericón es considerado por los indígenas como una flor que brinda protección.

La usan para elaborar cruces que son colocadas en nichos de imágenes religiosas o en ofrendas a sus familiares fallecidos.

“Es el llamado pericón, que es la flor de campo o yautli, como le conocen. La gente, las familias que conocen la importancia del pericón la utilizan para remedios caseros, medicinales, así como también para el ornato en las ofrendas o para colocarlo a los Santos en sus casas o las iglesias, lo ponen”, comentó Juan Carranza Soriano, Delegado de la Secretaría de Cultura de la zona Centro de Guerrero.

El pericón es una flor silvestre.

Es recolectada para su venta por familias indígenas de escasos recursos en mercados municipales, como el mercado de Tixtla, ubicado a 20 kilómetros de Chilpancingo.

Doña Ana, quien es vendedora de pericón informó que algunas flores cuestan 5 pesos, son directamente cortadas del campo y se utilizan para ponerlas en floreros, en panteón”.

“Este pericón es una forma en la cual las familias de Guerrero en una forma muy económica pues también les sirve para sustento familiar . Cortan esta planta silvestre en la ladera de los cerros”, añadió Carranza Soriano.

El pericón se localiza principalmente en municipios de la región de la montaña del estado, como José Joaquín de Herrera, Zitlala, Ahuacotzingo, Quechultenango, Chilapa y Tixtla.

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