Después de haber muerto por COVID-19, una mujer fue sacada de la clínica del ISSSTE con autorización médica y trasladada hasta Parras de la Fuente, en donde fue velada y sepultada, todo sin cuidar ninguno de los protocolos de la pandemia.
Para lograrlo, un médico devolvió el acta de defunción y puso un diagnóstico de muerte diferente.
Los involucrados en este delito federal son los hijos de la paciente: Petra Quistian Castro, quien trabaja como enfermera de planta en el ISSSTE; Eutimio Quistian Castro, también hijo, camillero y quien ese día no estaba en turno; Gloria Quistian Castro, enfermera por contrato COVID.
Otra mujer, también sobrina de la paciente trabaja de enfermera en dicha clínica.
Para realizar este delito fueron avalados por el doctor Fernando Rodríguez Rodríguez, quien modificó él acta de defunción y con ello autorizó el traslado en la forma que se dio.
La señora ingresó enferma a la clínica y al agravarse su salud, murió.
Se encontraba en área de COVID-19 y de ahí sacaron el cuerpo como si hubiera sido una muerte natural.
El protocolo COVID por muerte implica una serie de cuidados, desde el embalaje del cuerpo en una bolsa negra especial hasta la orden de que vaya directo a cremación.
En cambio la trasladaron en una camilla sin la cápsula antiviral, envuelta en sábanas, avanzaron por pasillos de uso común, utilizaron los elevadores que toda la gente utiliza, se les vio en pasillos de recepción del área común y posteriormente fue abordada a una ambulancia que no cuenta con ninguna de las medidas de protección contra el Covid-19.
La mujer fue velada y sepultada en Parras, acudiendo infinidad de familiares y amistades al velatorio y al sepelio.
Ante el conocimiento de estos hechos ocurridos el domingo 25 de octubre, la Clínica del ISSSTE no emitió ningún comentario al respecto.