Alemania supera de nuevo los 17 mil casos de COVID-19 en un día
La canciller de Alemania, Angela Merkel, afirmó este viernes que el país “no debe dudar” en reimponer el confinamiento e introducir medidas de emergencia en el marco de la pandemia de COVID-19 “si es necesario”.
Así se expresó tras una cumbre entre el Gobierno y las autoridades de los estados federados, donde han acordado imponer un confinamiento duro para frenar la propagación de la pandemia si la tasa de incidencia en siete días de la COVID-19 supera de nuevo los cien casos por cada 100 mil habitantes durante una semana.
“Tenía la esperanza de que nos las arregláramos (…) pero eso no será posible, mirando el desarrollo de los últimos días”, ha señalado la canciller en rueda de prensa, según recogió la agencia de noticias alemana DPA.
De forma paralela, ha aludido a que el programa de vacunación contra la COVID-19 alemán debe “acelerarse” y ser “más flexible”, aunque ha señalado que la prioridad deben ser aquellas personas más vulnerables a la enfermedad. “Vacunar, vacunar, vacunar”, urgió.
En este sentido, en la reunión, las autoridades alemanas acordaron que las vacunas no se distribuirán únicamente en los centros de vacunación, si no que, a partir de abril, también podrán inocular los médicos de familia. El borrador establece que estos facultativos puedan ofrecer una sesión de vacunación a la semana, con posibilidad de ampliar esta meta con el tiempo.
Alemania registró este viernes más de 17 mil casos de coronavirus, un recuento en línea con el de la jornada anterior pero que supone un ligero repunte en la tasa de incidencia del virus, que supera los 95 casos por cada 100 mil habitantes a siete días.
El país acumula 2 millones 629 mil 750 casos de COVID-19, 17 mil 82 más que el jueves, según el Instituto Robert Koch, el organismo encargado del control de las enfermedades infecciosas en Alemania. Al menos 74 mil 358 enfermos fallecieron, 226 más que en la jornada anterior.
El Gobierno alemán aprobó el 3 de marzo prorrogar hasta el 28 de marzo el confinamiento en el país con el fin de hacer frente al coronavirus, aunque las autoridades acordaron una estrategia de apertura progresiva. En los últimos días, sin embargo, se ha registrado un ligero repunte de los contagios.
Alemania no registraba una incidencia superior a 90 desde principios de febrero y en algunas regiones está ya por encima del centenar de casos por 100 mil habitantes en siete días. En el estado de Turingia, la incidencia semanal ronda los 187 casos por 100 mil.
Durante la jornada, el ministro de Sanidad, Jens Spahn, admitió que el nivel de vacunas que están disponibles en la actualidad “no es suficiente para parar la tercera ola”, asumiendo que aunque se
cumplan con los plazos de entrega aún pasarán “varias semanas” hasta que las personas de riesgo estén inmunizadas, según la agencia DPA.
Por otro lado, la administración de la vacuna de AstraZeneca se reanudó este viernes en Alemania, si bien las autoridades emitieron un aviso de posibles trombos en mujeres menores de 55 años, después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) concluyera que es “segura y eficaz”.
En otro orden de cosas, el Instituto Robert Koch incluyó a Polonia, Bulgaria, Chipre, Kuwait, Uruguay y Paraguay en su lista de países de “alto riesgo”, debido al aumento de contagios de COVID-19
registrado en estas localizaciones.
La inclusión implica que, a partir del domingo, las personas procedentes de estos países únicamente podrán ingresar en Alemania si proporcionan una prueba diagnóstica de la COVID-19 con resultado
negativo.
El organismo revisa la lista de países de “alto riesgo” e incluye a aquellos con una incidencia superior a 200 casos por 100 mil habitantes en un período de siete días. Aunque Polonia no cumple el
requisito de la tasa de incidencia semanal, el país contabilizó 25 mil 998 nuevos contagios en las últimas 24 horas.
El Ministerio de Salud polaco achaca este incremento a la variante británica del SARS-CoV-2 y ha señalado que esta mutación es responsable de más del 60 por ciento de los nuevos contagios.
De forma paralela, las restricciones a los viajes se han relajado para Reino Unido e Irlanda, previamente clasificados como zonas de “alto riesgo” y para el Algarve portugués, un destino vacacional muy popular. No obstante, los hoteles de la zona no aceptan turistas.