El rescate de los cuerpos de los siete mineros atrapados en la cueva de la empresa Micarán tuvo un costo de 21.6 millones de pesos para Minera del Norte, empresa que destacó para la operación al cuerpo de rescate de la Unidad Mimosa y una suma de personal y equipos, informó Francisco Orduña Mangiola, director de Comunicación Social y Relaciones Públicas.
Precisó que “en total participaron en el operativo alternadamente hasta 100 trabajadores de la empresa, ya que a los 30 rescatistas se sumaron otros 70 entre ingenieros, técnicos y operarios de minado subterráneo, como ademeros, bomberos, mecánicos y eléctricos, entre otros”.
Orduña explicó que además de gastos en combustibles, refacciones y otros, movilizaron una serie de equipos desde otras minas de Mimosa, entre metanómetros y bombas, hasta generadores y una oficina rodante, “porque lo esencial era realizar un trabajo planificado por especialistas, para evitar otro siniestro y que se generaran más víctimas”.
Destacó en especial la participación de trabajadores de la propia cueva de Micarán, que se sumaron a la tarea de abrir camino hacia la parte final de los cañones donde se encontraron finalmente los cuerpos de sus compañeros, al igual que obreros y algún equipo de empresas medianas como Santa Bárbara.
“Hubo mucha solidaridad e interés por ayudar, aportaron equipos y personal, pero definitivamente en estos casos se requiere gente preparada y con conocimiento de lo que es una mina subterránea de carbón y sus riesgos, y el único cuerpo de rescate activo es el de Mimosa. Los compañeros tuvieron que partir desde la realización de un plano de la cueva para diseñar los trabajos y definir las prevenciones necesarias y controlar los riesgos”, expresó.
En el momento de conocer el siniestro, señaló, la instrucción desde la Presidencia del Consejo fue actuar de inmediato y el propio personal de los cuerpos de rescate se movilizó para conocer la situación y definir las acciones necesarias, a fin de rescatar con vida al personal afectado”.
“Desgraciadamente los siete mineros no sobrevivieron, pero se pudo recuperar sus cuerpos y entregarlos a las familias; esa fue la mejor recompensa anímica para quienes forman el cuerpo de rescate, que cabe hacer notar son voluntarios a los que la empresa apoya con equipos especializado e instalaciones para su entrenamiento, que con espíritu de servicio realizan generalmente fuera de sus obligaciones laborales”, indicó Orduña.
Señaló que efectivamente el costo resulta alto ante la situación difícil que enfrenta AHMSA en estos momentos, “pero nunca se ha reparado en eso cuando se trata de apoyar a la comunidad, sea en un hecho lamentable como éste o en múltiples otras acciones sociales, porque eso la empresa lo tiene en su esencia minera”.