El exdirector de Pemex deberá asistir a la cita en la cual se resolverá si se le da o no prórroga
No hay fecha ni plazo que no se cumpla y Emilio Lozoya Austin llegó a las 09:08 horas de este miércoles al Reclusorio Norte donde entre empujones y gritos de la prensa tuvo que bajar de su camioneta e ingresar a pie.
La audiencia será únicamente sobre el caso Odebretch, sobre el cual se le acusa haber recibido sobornos de hasta 10.5 millones de dólares, y estará presidida por el juez Arturo Zúñiga.
Es la primera vez que el exfuncionario acude de manera presencial a una audiencia desde su extradición a México, ocurrida el pasado 17 de julio del 2020; asimismo, es la segunda vez hace una aparición pública, pues a principios de octubre fue captado por la periodista Lourdes Mendoza mientras cenaba en un restaurante de lujo en Lomas de Chapultepec.
El lunes Lozoya Austin solicitó por sexta vez una nueva prórroga para poder presentar presuntas pruebas de sobornos sobre implicados en la trama Odebrecht.
Sin embargo, contrario al deseo de Lozoya Austin, la Fiscalía General de la República (FGR) ha solicitado al juez que dé por cerrado el plazo de la investigación complementaria y con ello entonces formalizaría su acusación y solicitaría abrir un juicio.
No obstante, será el propio juez quien deberá tomar la decisión de si aplaza o no la audiencia.
De acuerdo con las acusaciones, Emilio Lozoya recibió sobornos de la empresa Odebrecht por más de 10 millones de dólares a cambio de beneficiar a la firma con la adjudicación de obras durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, mientras el ahora imputado era director de Pemex.
Asimismo, enfrenta una segunda acusación por haber recibido ilegalmente beneficios de la compra que Pemex hizo de la Planta Nitrogenados a la compañía de Alonso Ancira, Altos Hornos de México, la cual se realizó con un sobreprecio de 3.5 millones de dólares.
La periodista Lourdes Mendoza ha denunciado que Lozoya es un hombre que busca a través de los criterios de oportunidad salvarse de pisar la prisión, pues después de un año y dos meses de su llegada el exdirector de Pemex no ha podido probar uno solo de sus dichos.
Asimismo, ha denunciado que el exfuncionario está cometiendo un fraude procesal al recordar que ella interpuso una demanda contra el exfuncionario por “daño moral”; de esa denuncia Lozoya se “zafó” al decir que estaba en arraigo domiciliario y no podía sentarse en el banquillo.