La ola de ciudadanos ucranianos que buscan salir del país paraliza el tránsito en territorios aledaños.
Médicos Sin Fronteras (MSF) está trabajando para responder a la situación de emergencia en Polonia, Moldavia, Hungría, Rumania y Eslovaquia.
“Muchas de las personas que cruzaron la frontera polaca nos dijeron que pasaron largas horas haciendo filas soportando temperaturas bajo cero. Algunas estaban deshidratadas y otras padecían hipotermia”, indicó la organización.
Casi una semana después de la invasión, la ola de ciudadanos que salen de Ucrania no muestra signos de disminuir; la mayoría cruzan a Polonia y Rumania.
Los equipos de MSF han dedicado parte de sus esfuerzos dentro del territorio ucraniano para distribuir kits de atención médica a personas heridas por la guerra, específicamente en Mariupol, dentro del Óblast de Donetsk. La organización se encuentra evaluando las necesidades de las personas que cruzan las fronteras para responder ellas.
Naciones Unidas calcula que 700 mil ucranianos han huido de los combates desde que comenzó la invasión, calificada por Rusia como operación militar especial, y la Agencia de la ONU para los Refugiados advirtió que se convertirá en la mayor crisis de refugiados de Europa en este siglo.
Las autoridades han instalado tiendas de campaña para proporcionar ayuda médica y tramitar los documentos de asilo. Incluso, en la estación de tren de Przemyśl, una ciudad de unos 60.000 habitantes situada al oeste de Medyka, el paso fronterizo más concurrido de Polonia, voluntarios repartieron galletas, bebidas, dulces y comidas calientes a personas que buscan transportarse hacia el resto de Europa.
A causa del volumen de refugiados que buscan salir de Ucrania, se han formado “colas enormes” según Michal Dworczyk, jefe de gabinete del primer ministro polaco. “Si contamos los puntos fronterizos en funcionamiento, ciertamente hay más de un cuarto de millón de personas en las fronteras”, relató.
Dworczyk añadió que a policía fronteriza estaba permitiendo la entrada de personas sin documentos y que el gobierno estaba hablando con sus homólogos ucranianos para simplificar los procedimientos. Además, dado el alto nivel de tránsito vehicular por la zona, el alcalde de Przemysl, Wojciech Bakun hizo un llamado a voluntarios polacos para que dejaran de aparecer con automóviles para ofrecer transporte a los recién llegados.
