Familiares y amigos de miembros de la comunidad LGBTIQ+ asisten a la XLV Marcha del Orgullo de la Ciudad de México para mostrar su apoyo y alzar la voz en contra de la discriminación.
Xóchitl vino desde la comunidad de Las Brisas, en Acolman, en el Estado de México, para ser parte de la marcha. Acudió en apoyo de sus hijos, Miguel Ángel y Anel, porque está a favor de que las personas tengan la libertad de ser quienes son.
Para ella, la importancia de este día radica en qué aún existen muchas personas homofóbicas.
Fabiola sostiene un cartel que dice “abrazos de mamá” en las escalinatas del Ángel de la Independencia. Asistió a la marcha desde Ecatepec por su hija Gaby, de 20 años, pues ha sufrido discriminación en el ámbito laboral.
Yuliana acude con su familia para mostrar su apoyo a la comunidad y a sus tías, ambas de nombre Laura.
Luis acudió con su esposa y dos hijos desde Cuautitlán Izcalli para conocer y entender más del movimiento, aunque tiene familiares que se consideran parte de la diversidad.
Cerca de una hora antes, el bloque disidente comenzó su recorrido para protestar en contra de que empresas comerciales usen el mes del orgullo para posicionar sus marcas al grito de “fuera marcas” y “quieren tu dinero, no quieren tus derechos”.
“Piensan que pintándose de colores es una política de inclusión” mencionó Andrés, miembro del bloque disidente.
También se manifestaron en contra de la situación en el sector salud. El bloque lleva piñatas de Hugo López-Gatell y el logo del Instituto Mexicano del Seguro Social, a quienes responsabilizan por el desabasto de medicamentos y la falta de vacunas contra la viruela símica.