En un periodo de tres semanas, México dejaría de exportar unas 75 mil cabezas de ganado.
La exportación de ganado mexicano a Estados Unidos, suspendida tras la detección de un caso de gusano barrenador, podría reanudarse en enero, según estimaciones de productores y autoridades ganaderas.
Este cierre temporal generó preocupación en el sector, aunque las afectaciones económicas se consideran moderadas debido a la baja actividad exportadora en el último trimestre del año.
Impacto económico del cierre temporal
La Confederación Nacional de Organizaciones Ganaderas (CNOG) informó que, en un periodo de tres semanas, México dejaría de exportar unas 75 mil cabezas de ganado, equivalentes a 75 millones de dólares.
No obstante, Homero García de la Llata, presidente de la CNOG, explicó que este impacto es temporal y que los becerros retenidos podrían exportarse una vez que se reanude la actividad.
“Si tomamos como referencia que este año se exportarán un millón 400 mil animales, a mil dólares cada uno, en tres semanas que estuviera cerrada la frontera el monto sería de 25 millones de dólares por semana”, detalló García de la Llata.
El año pasado, México exportó 1 millón 300 mil de becerros a Estados Unidos, con un valor de mil millones de dólares, mientras que para este año se proyecta un volumen superior, de 1.4 millones de cabezas.
Avances en protocolos y medidas sanitarias
Jorge Luis Zertuche Rodríguez, productor tamaulipeco y exsubsecretario de Agricultura, mencionó que las negociaciones entre el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) y el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) avanzan favorablemente.
Zertuche estimó que las exportaciones desde estados con estatus sanitario favorable, como Sonora y Chihuahua, podrían reactivarse en dos o tres semanas.
“Esperemos que para enero, principios de febrero, ya se permita la exportación de ganado por la frontera de Tamaulipas. El vecino país depende mucho de nuestros becerros, hay interés de los dos lados en buscar una solución”, agregó.
Entre los requisitos que exige Estados Unidos se incluyen inspecciones previas, habilitación de corrales cerca de la frontera y protocolos que garanticen la eliminación del riesgo por gusano barrenador.
Esto ha generado costos adicionales para los productores, quienes deben rehacer trámites y cumplir con medidas como baños de inspección y aplicación de desparasitantes.
Sellado de la frontera sur
García de la Llata destacó la importancia de reforzar la vigilancia sanitaria en la frontera sur para evitar el ingreso de ganado irregular procedente de Centroamérica.
Propuso implementar puntos de inspección en regiones como el Istmo para garantizar la seguridad del hato nacional.
Los productores confían en que las medidas implementadas permitan resolver la situación de manera expedita.