Hasta el momento solamente 15 han invertido para cubrir protocolos de prevención y evitar contagios.
MÉXICO – El termómetro indica que el integrante de este colegio pasó el primer filtro para poder entrar.
Luego ingresa a un túnel que genera un campo electromagnético de baja frecuencia, capaz de eliminar virus y bacterias.
“Contratamos a un especialista certificado a nivel internacional”, dice Gladys García, directora de una de las escuelas en el municipio de Torreón, estado de Coahuila.
Ahí, las escuelas han permanecido abiertas aún en la peor etapa de la pandemia. Durante al menos medio año, dice, han mantenido un sistema híbrido y actualizando los planes de salud y capacitación al personal y a las familias.
“Son 93 protocolos de seguridad que nos mantienen con certeza de que aquí dentro nadie se va a contagiar”, asegura García.
Además de las indicaciones al ingreso, dentro tienen que seguir otros cuidados como no retirarse las caretas y cubrebocas, guardar la sana distancia y avisar si estuvieron en un lugar concurrido o en una reunión. Esto ha permitido que hasta hoy no se reporten contagios.
El gobierno de Coahuila autorizó abrir a 130 escuelas particulares y por lo menos 15 ya lo han hecho, mientras en el resto del país los planteles continúan con las puertas cerradas.
El secretario de Educación de Coahuila explicó que tuvieron que tomar esa decisión a pesar de que el estado sigue en semáforo naranja, porque muchos institutos privados están cerrando y calculan que más de 11,000 menores se han alejado de sus estudios.
“Solamente las particulares; las públicas no han iniciado trabajo ninguna de ellas”, aclara Higinio González, secretario de Educación de Coahuila.
Los padres de familia se dijeron conformes con la decisión.
“Porque nos garantizan a nosotros que están aprendiendo mejor, aunque tienen clases en línea no es lo mismo”, considera Maribel Sánchez, una de las madres de familia.
E integrantes de todos los grados acatan con gusto las disposiciones con tal de regresar a las aulas.
“Extrañaba mucho hablar con mis compañeros y poder pasar tiempo con ellos”, dice Daniela Guzmán.
El gobierno del estado espera que siguiendo este ejemplo pronto puedan escucharse las risas de los alumnos en más salones.