Decenas de familias separadas por muro fronterizo se reencuentran en el río Bravo

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La Patrulla Fronteriza abrió la puerta del muro que divide México y Estados Unidos, en Ciudad Juárez y El Paso, para permitir el reencuentro de al menos 300 familias

  • “Abrazos, no muros” es una iniciativa impulsada por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, que se realiza año con año, para reunir a familias separadas

Decenas de familias de Ciudad Juárez, Chihuahua, y de El Paso, Texas, que se encuentran separadas no solo por el muro fronterizo sino por su condición migratoria se reencontraron en medio del lecho del río Bravo.

La Patrulla Fronteriza abrió la puerta en una sección del muro que divide México de Estados Unidos y permitió el reencuentro de al menos 300 familias.

Teresa, ciudadana, opinó: “Mi hijo y su familia, cuatro años se nos fueron para allá, se nos fueron y estamos muy contentos y agradecidos con todos los que organizan todo esto, porque nos dan la oportunidad de ver, aunque sea por tres minutos a nuestros seres queridos”.

“Abrazos, no muros” es una iniciativa impulsada por la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, que se realiza año con año, para reunir a familias separadas, pero que se había suspendido por la emergencia sanitaria y en esta ocasión consiguieron reunir a muchas familias.

Fernando García, director de la Red Fronteriza por los Derechos Humanos, dijo: “Tenemos una crisis que están pasando las familias latinas sobre todo en los Estados Unidos y que esa crisis se está exportando a México, que es la crisis de separación de la unidad familiar. La política de Estados Unidos es una política agresiva, injusta, que está destruyendo familias”.

Entre abrazos, lágrimas y felicidad las familias como la de Teresa pudieron estar juntos nuevamente por tres minutos.

“Pues estamos muy contentos porque teníamos muchos años que no nos veíamos y estamos muy agradecidos”, comentó Teresa.

Esteban tenía años de no ver a su hija.

“Emocionado, pues, me vine yo de Estados Unidos y tengo dos años ya sin ver a mi hija. No sé cómo explicarlo, la extrañaba mucho, tenía muchas ganas de verla y espero pronto estar con ella otra vez”, dijo Esteban.

Durante al menos tres horas, las familias se abrazaron en medio del río Bravo con la seguridad de que las autoridades de la Patrulla Fronteriza permitieron el regreso de quienes acudieron desde Estados Unidos, sin cuestionarles su condición migratoria.

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