Roberto Casimiro González, propietario de RCG realizó una limpia de quienes por años, estaban saqueando la empresa, aunque dicen que: “ladrón que roba a ladrón…”
Aquí hasta los hijos de Casimiro salieron como tapón de sidra.
Uno de los primeros que fue vergonzosamente corrido de RCG, incluso, que ya no se le permitió la entrada a la empresa fue nada más y nada menos que Poncho Argüelles, quien bajó el amparo de RCG amasó una incalculable fortuna, con residencias, vehículos y viajes de placer alrededor del mundo.
Le siguieron Roberto y Moisés González, quienes a pesar de ser hijos de Casimiro, no se detuvieron para enriquecerse y sacar todo el provecho posible en su beneficio personal.
Otros de menor rango, también salieron.
Pero todos, desde Argüelles, pasando por Roberto y Moisés estaban en la nómina de dependencias municipales y estatales, además de exigir cuotas a todos los funcionarios que pasaban por la televisora, como viles miembros de la delincuencia organizada, aunque bueno; está si es la verdadera delincuencia organizada…