Tafida Raqeeb, de cinco años, sufrió daños cerebrales que la dejaron en coma y protagonizó un mediático caso en el Reino Unido después de que los médicos exigieran a los padres desconectarla del soporte vital, alegaban que no había nada que pudiera revertir el pronóstico.
Todo comenzó cuando una tarde Tafida le dijo a su madre que estaba cansada y se quedó dormida en el sofá.
“Me dijo ‘mamá, estoy cansada’ y se quedó dormida, se despertó alrededor de las seis en punto, fue a la casa de mi madre en la misma calle. Regresó tres horas después, jugó con su hermano y se durmió”, dijo la madre.
Después de las cinco de la mañana, la niña despertó diciéndole a su mamá que tenía un fuerte dolor de cabeza.
“Sus ojos estaban fijos en el techo. Ella no se movía, pero las lágrimas rodaban por sus mejillas. Ella realmente estaba luchando por respirar, y cuando llegaron los paramédicos había dejado de hacerlo, la puse en el suelo y entré en pánico”, relató la madre.
El hermano mayor de Tafida, de 14 años, le aplicó reanimación cardiopulmonar.
Mohammed, padre de la niña, había salido a correr y dejó su teléfono móvil en casa en ese momento.
Cuando llegó la ambulancia, a Shelina, madre de Tafida no le permitieron entrar mientras los paramédicos luchaban por salvarla camino al Hospital Newham.
“Llegamos y esperamos con paciencia sin saber qué estaba pasando. Pensé que Tafida se había ido”, relató Shelina.
La niña estaba viva, pero una tomografía comprobó que tenía una malformación arteriovenosa, había nacido con una maraña de arterias y venas en la parte posterior de su cerebro que se rompieron repentinamente.
Sufrió una hemorragia, debía ser tratada en el Hospital Great Ormond Street de Londres.
Los médicos les dijeron a los padres que sus probabilidades de sobrevivir eran del 1%. La niña sobrevivió, pero entró en coma, a sus padres les informaron que sobreviviría un máximo de 24 horas.
Desde entonces permanecía conectada a un soporte vital. Tras una gran disputa legal porque en Londres querían desconectarla, sus padres lograron que les otorgaran el permiso de trasladarla a Italia.
Shelina, de 38 años, acompañó a su hija que abordó un avión en el aeropuerto Biggin Hill al sureste de Londres. Estuvo sentada detrás de Tafida durante las tres horas del viaje.
La niña fue ingresada en el Gaslini Children’s Hospita, en Génova, su padre voló para encontrarse con ella y con su esposa.
Para los padres era una gran victoria que la niña recibiera la oportunidad de vivir y optar por un tratamiento médico después de que los médicos británicos le solicitaron al Tribunal Superior que sentenciara el apagado de su soporte vital alegando que no tenía esperanzas de recuperarse.
El juez sentenció a favor de los padres de la niña permitiéndoles el traslado a Italia.
Finalmente, después de cinco meses en coma Tafida despertó contra todo pronóstico.
“Ella está realmente estable. Está despierta ahora. Ha sido una mañana difícil”, relató Shelina.
Mohammed, el padre de la niña, dijo: “Este viaje a Italia nos ha dado esperanza. Espero que Tafida tenga la mejor vida que podamos ofrecerle”.
Los padres se negaron a desconectar a la niña del soporte vital, estaban dispuestos a seguir luchando por ella.
“Nuestra hija no es una enferma terminal, está teniendo una evolución positiva”.
Tafida mantiene los ojos abiertos y respira por sí misma, está en una unidad especial para niños con enfermedades crónicas, y ya han iniciado sus terapias de rehabilitación.
“Ya no necesita más cuidados intensivos”, dijo el director del hospital a un medio de comunicación.
Su madre está muy complacida y agradecida: “Cualquier persona que vea ahora mismo a Tafida se queda sorprendida. Ya no tiene ningún tubo en su nariz y abre los ojos. Es su victoria, hubo muchas ocasiones en las que los médicos dijeron que iba a morir, pero ella siempre se defendió. Por eso hemos seguido luchando”, dijo Shelina.
Su hermano también se siente muy feliz con la milagrosa recuperación de la niña.
“Si está dormida, la llamo y se despierta con mi voz. Sus pupilas se abren y ella me mira. Le cepillo los dientes y trenzo su cabello que ahora alcanza su cintura. Le rezo y le leo cuentos, tengo un cuento de Disney sobre princesas, también vemos Frozen, su película favorita de Disney, al menos dos veces al día”.
La familia espera que el hospital de Londres se pronuncie al respecto. Aseguran que les hicieron malgastar gran parte de su dinero, y el de ellos bajo una presión completamente innecesaria.
Afortunadamente todo el esfuerzo de esta familia ha valido la pena, comparte tan buena noticia.