El Papa Francisco celebró la Santa Misa del Domingo de Ramos en la Basílica de San Pedro, y agradeció a los fieles por sus oraciones
El Papa Francisco dio inicio a los actos oficiales de Semana Santa con la misa del Domingo de Ramos en la que defendió a los abandonados en el mundo, además durante la celebración dominical agradeció las oraciones por su salud
Les agradezco su participación y también sus oraciones, que se intensificaron durante estos últimos días. ¡Gracias, gracias de verdad!.
La misa presidida por el pontífice en la Plaza de San Pedro se encontraba abarrotada de fieles y con una voz débil, después de un día de haber salido del hospital por una bronquitis, dijo ante más de 30 mil fieles:
Jesús abandonado nos pide que tengamos ojos y corazón para los abandonados. Para nosotros, discípulos del Abandonado, nadie puede ser marginado; nadie puede ser abandonado a su suerte.
Fieles se reúnen en la Plaza de San Pedro para celebrar el Domingo de Ramos. Foto: EFE
El clérigo de 86 años, cubierto con un largo abrigo blanco, recordó a un mendigo muerto en la columnata vaticana solo y abandonado, dijo, representa a Cristo.
Muchos necesitan nuestra cercanía, muchos abandonados, también yo necesito que Jesús me acaricie, que esté cerca de mí, y por eso voy a buscarlo en los abandonados y en los solitarios.
Durante la celebración explicó que ante los momentos de mayor dolor, los seguidores de Cristo deben buscarlo y amarlo en los abandonos de nuestro tiempo y con un tono de voz elevado y en lamento dijo:
Hoy hay tantos ‘cristos abandonados’. Pueblos enteros explotados y abandonados a su suerte; pobres que viven en los cruces de nuestras calles, con quienes no nos atrevemos a cruzar la mirada; emigrantes que ya no son rostros sino números; presos rechazados, personas catalogadas como problemas.
El Papa Francisco es transportado por un vehículo antes de la misa de celebración. Foto: EFE
También, sostuvo que hay muchos “cristos descartados con guante blanco” como:
Niños no nacidos, ancianos que han sido dejados solos, en los geriátricos, enfermos no visitados, discapacitados ignorados, jóvenes que sienten un gran vacío interior sin que nadie escuche realmente su grito de dolor”.
Antes de la celebración fue transportado sobre un coche descapotado, del cual bajó por su propio pie ayudado de un bastón hasta llegar al lugar en donde da la bendición.