En medio de las aguas tempestuosas del Mediterráneo Central, una historia de supervivencia increíble ha conmovido al mundo. Una niña de 11 años, originaria de Sierra Leona, logró sobrevivir durante tres días en altamar, flotando sobre dos cámaras de neumáticos, tras naufragar la barcaza en la que viajaba. Esta es la historia de Yasmine, la única sobreviviente del naufragio en el que murieron aproximadamente 45 personas.
El naufragio en el Mediterráneo: Un viaje mortal
La travesía que Yasmine emprendió comenzó días antes del rescate. Junto con su hermano, embarcaron en una barcaza en Sfax, Túnez, con la esperanza de llegar a Europa, como tantos otros migrantes que se arriesgan en el mar. Pero el destino les tenía preparada una tragedia. En medio de una tormenta feroz, la embarcación volcó. Las olas, que alcanzaban los cinco metros de altura, y los vientos de hasta 23 nudos fueron implacables.
Durante ese momento de caos, Yasmine y su hermano intentaron aferrarse a lo que podían, pero las aguas se llevaron al niño. La menor, desesperada, se aferró a dos cámaras de neumáticos, que serían su único salvavidas. Después de perder a su hermano, Yasmine quedó completamente sola en el vasto mar, sin comida ni agua, en condiciones extremas de frío.
La búsqueda en la oscuridad: Una señal de vida
La suerte de Yasmine cambió cuando la tripulación del velero Trotamar III, operado por la ONG alemana Compass Collective, comenzó una operación de rescate. En su búsqueda de la barcaza en problemas, escucharon unos gritos en medio de la noche. La tripulación, liderada por el capitán Matthias Wiedenlübber, pensó que era una falsa alarma, pero decidieron investigar. Fue entonces cuando, casi milagrosamente, escucharon los lamentos de Yasmine, quien se encontraba a unos 16 kilómetros de la isla italiana de Lampedusa.
«Sabíamos que había un pequeño barco en problemas, pero fue casi un milagro escuchar sus lamentos. La tormenta era tan fuerte que apenas podíamos ver algo en la oscuridad», explicó Wiedenlübber. Con olas de más de cinco metros y vientos violentos, la operación de rescate fue extremadamente arriesgada, pero, al final, lograron localizar a Yasmine.
Sobreviviente, pero gravemente afectada
Cuando los rescatistas finalmente lograron abordar a la niña, se encontraron con una imagen desgarradora. Yasmineestaba en un estado de hipotermia severa, temblando de frío y casi incapaz de caminar. A pesar de su frágil estado, la menor estaba «reactiva», lo que permitió que los rescatadores pudieran actuar rápidamente para salvarla.
«Su temperatura corporal era peligrosamente baja, pero fue una suerte que estuviera tan alerta. Inmediatamente la cubrimos con mantas térmicas y la trasladamos a bordo del velero», detalló el equipo de rescate.
El rescate y la llegada a Lampedusa
Tras el rescate, Yasmine fue llevada rápidamente a la isla de Lampedusa, donde fue atendida por médicos que la examinaron y confirmaron que su estado de salud, aunque grave, era estable. El médico Mauro Marino, quien la atendió en la isla, comentó: «Aunque estuvo en el agua durante más de 12 horas, su estado parece ser bueno dado lo extremo de la situación».
La niña, aunque debilitada por la falta de comida y agua, se mostró agradecida al poder contactar con su padre, que aún se encuentra en Túnez. La supervivencia de Yasmine es, sin duda, un milagro, pero también un reflejo de la tragedia que enfrentan muchos migrantes al intentar cruzar el Mediterráneo en busca de un futuro mejor.