Cerca de mil personas se refugiaban en el recinto
Leópolis, Ucrania.- Los socorristas ucranianos prosiguieron el viernes el rescate de centenas de personas atrapadas bajo un teatro de Mariúpol (sureste) bombardeado por las fuerzas rusas, que dispararon misiles en las cercanías de Leópolis, en el oeste del país, hasta ahora poco afectado por la guerra.
Ante la expansión del conflicto, el presidente ucraniano Volodimir Zelenski lanzó un llamado a Rusia para entablar negociaciones serias sobre “la paz y la seguridad” y evitar pérdidas que afectarán a “varias generaciones”.
“Es tiempo de reunirnos. Es tiempo de discutir. Es tiempo de restaurar la integridad territorial y la justicia para Ucrania”, dijo el jefe de Estado en un video publicado el sábado en Facebook.
Los países occidentales tratan de incrementar la presión para que Rusia ponga fin a este conflicto en plena Europa, que hizo aflorar tensiones entre potencias como no se veían desde el fin de la Guerra Fría.
El presidente estadounidense, Joe Biden, le advirtió a su par chino, Xi Jinping, de las “consecuencias” que el país asiático deberá enfrentar “si brinda apoyo material a Rusia mientras esta lleva a cabo ataques brutales contra las ciudades y los civiles ucranianos”, informó la Casa Blanca.
Xi destacó por su lado que “un conflicto no es del interés de nadie”, indicó la televisión china.
Rescate y combates en Mariúpol
Más de 130 personas pudieron ser salvadas del teatro de Mariúpol bombardeado el miércoles, pero “centenares” permanecen bajo los escombros, dijo Zelenski.
El presidente indicó que había varias personas con “heridas graves”, aunque todavía no se registraron muertos, y aseguró que el rescate continuará “pese a los bombardeos”.
El Ministerio ruso de Defensa anunció que sus tropas, apoyadas por fuerzas de la zona separatista prorrusa del Donbás (este), habían penetrado en este puerto estratégico del mar de Azov.
Las tropas rusas “estrechan el cerco y combaten a los nacionalistas en el centro de la ciudad”, indicó el portavoz del Ministerio ruso.
La toma de Mariúpol permitiría a Rusia asegurar una continuidad territorial entre sus fuerzas procedentes de Crimea y las milicias del Donbás.
La alcaldía de Mariúpol señaló que la situación es “crítica”, con bombardeos rusos “ininterrumpidos” y daños “colosales”. Según las primeras estimaciones, un 80% de las viviendas de la ciudad fueron destruidas.
Las autoridades ucranianas acusaron el miércoles a la aviación rusa de haber bombardeado “deliberadamente” el edificio que albergaba a centenares de refugiados. Rusia desmintió esos ataques y atribuyó el bombardeo a milicias nacionalistas ucranianas.
En la mima línea, Putin le dijo el viernes al presidente francés, Emmanuel Macron, que las fuerzas ucranianas son culpables de “numerosos crímenes de guerra”, sobre todo en la región del Donbás, y que las tropas rusas hacen “todo lo posible” para evitar muertes de civiles, informó el Kremlin.
El mandatario ruso participó también en un mitin multitudinario en un estadio de Moscú, para celebrar con tono triunfalista el octavo aniversario de la anexión de Crimea, una península del mar Negro hasta 2014 bajo soberanía de Ucrania.