Katy Perry sufre descarga eléctrica en pleno show aéreo

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Katy Perry vivió un momento de tensión durante su reciente presentación en Carolina del Norte como parte de su gira mundial The Lifetimes Tour. Mientras era elevada por una estructura aérea rodeada de cables y luces LED, su cuerpo sufrió una sacudida brusca que muchos interpretaron como una descarga eléctrica. Aunque el incidente no pasó a mayores, el susto fue evidente tanto para la artista como para sus fans, quienes observaron preocupados desde el público.

El percance ocurrió mientras Perry flotaba sobre el escenario en uno de los actos más espectaculares del espectáculo.  En medio de la coreografía, su cuerpo se estremeció repentinamente, desatando especulaciones sobre una posible electrocución.  Aunque no se ha emitido un comunicado oficial confirmando la naturaleza exacta del suceso, la cantante continuó el show como si nada hubiera ocurrido, demostrando su profesionalismo y temple.

Este no ha sido el único incidente en The Lifetimes Tour. En julio, durante un concierto en San Francisco, la estructura con forma de mariposa que la transportaba sobre el público falló parcialmente, poniendo en riesgo su estabilidad durante “Roar”. En otra ocasión, una fan invitada al escenario se desmayó por la emoción, llevando a Perry a detener el show, ofrecerle agua y liderar una oración colectiva. También se han registrado problemas mecánicos con los sistemas de elevación, lesiones físicas por coreografías exigentes —como las rodillas magulladas que Perry mostró en redes— e invasiones al escenario por parte de fans, uno de los cuales logró abrazarla inesperadamente durante “Hot N Cold”.

The Lifetimes Tour es una producción monumental que celebra la trayectoria musical de Katy Perry, incluyendo temas de su álbum más reciente, 143.  La gira comenzó en abril y ha recorrido Estados Unidos, México y Canadá, con próximas fechas en Chile, Argentina, Brasil, Europa y Asia. El cierre está previsto para el 7 de diciembre. Cada espectáculo incluye múltiples cambios de vestuario, estructuras móviles, efectos visuales y acrobacias aéreas. Perry ha descrito el show como una “Disneylandia rodante”, con BPM acelerados y una puesta en escena diseñada para mantener al público de pie toda la noche. Se estima que sus shows privados pueden costar entre 500 mil y 3 millones de dólares, según el despliegue técnico y logístico.

Los percances de Perry no son aislados.  En meses recientes, otros artistas han enfrentado situaciones similares. Beyoncé vivió un momento crítico cuando el coche volador de su Cowboy Carter Tour se inclinó sobre el público. Ricardo Arjona pausó temporalmente su carrera tras someterse a seis infiltraciones de columna para completar su gira. Incluso músicos como Enrique Bunbury y Luciano Pereyra han detenido sus actividades por problemas de salud derivados del desgaste físico y emocional de las giras. La complejidad creciente de los conciertos —con estructuras móviles, efectos especiales y participación del público— plantea dudas sobre la seguridad de artistas y asistentes.

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