La Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional han rechazado las acusaciones.
Un exalto cargo del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos aseguró que recibió presiones de la Casa Blanca para manipular información de inteligencia sobre la supuesta injerencia rusa en las elecciones este año con el fin de no ofender al presidente estadounidense, Donald Trump.
El exalto cargo es Brian Murphy, que hasta hace poco estaba a cargo de la información de inteligencia en el Departamento de Seguridad Nacional y que esta semana desveló las manipulaciones en una queja que hizo pública este miércoles el comité de inteligencia de la Cámara de Representantes de EE.UU.
En ese escrito, Murphy afirmó que, a mediados de mayo de este año, el secretario interino de Seguridad Nacional, Chad Wolf, le ordenó que dejara de recopilar inteligencia sobre la amenaza que Moscú pudiera suponer para EE.UU. y empezara a escribir reportes sobre las actividades de China e Irán.
Según Murphy, Wolf dejó claro que se trataba de órdenes del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Robert O’Brien.
Además, en marzo de este año, Murphy recibió la orden de modificar un informe que resaltaba la amenaza de los supremacistas blancos y se le pidió que minimizara su importancia, además de incluir información sobre “importantes grupos violentos de izquierda”.
En ese caso, la directiva fue emitida por el director del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. (USCIS, en inglés), Ken Cuccinelli, que ejerce como “número dos” del Departamento de Seguridad Nacional.
Tanto Cuccinelli como Wolf argumentaron que los informes debían ser modificados para asegurarse de que iban en línea con los comentarios de Trump, quien ha acusado al movimiento de corte anarquista Antifa de estar detrás de las manifestaciones contra el racismo que han sacudido las principales ciudades del país en los últimos meses.
La Casa Blanca y el Departamento de Seguridad Nacional han rechazado las acusaciones de Murphy.
Durante toda su Presidencia, Trump se ha negado a creer que Moscú interfirió en las elecciones de 2016, algo que sostienen los servicios de inteligencia de EE.UU. y que Moscú niega.
En concreto, en 2016 y 2017, las agencias de inteligencia de EE.UU. aseguraron que el propio presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó influir en las elecciones mediante ciberataques porque sentía una “clara” preferencia por Trump, quien resultó elegido frente a la demócrata Hillary Clinton.
De cara a las próximas elecciones de noviembre, servicios de Inteligencia de EE.UU. han alertado de que China quiere interferir para que Trump sea derrotado, mientras que Rusia trata de denigrar al candidato demócrata, Joe Biden